FICHA PERSONAJE
"Disfruto el hurto como el culto a mi reina"
Nombre: AdanApellidos: Abalam Abyssus
Apodo: Ladrón, Serpiente del demonio, taimado
Idioma: Enoquiano e inglés
Fecha de nacimiento: 25 de marzo
Ciudad: El infierno, el Hodium.
Signo zodiacal: Aries
Orientación sexual: Heterosexual
Edad: 1450 años demonio (29 años humanos)
Personalidad: Ingenioso (ENTP)
Tipo de sangre: C+
Gustos:
Comida/ bebida favorita: Galletas con chocolate
Comida / bebida odiada: El marisco
Color favorito: El rojo pasión
Animal favorito: La serpiente
Oficio: Guardián del inframundo y ladrón en el mundo humano
Raza: Demonio
Virtudes: Ágil, rápido, gran calculador en matemáticas
Defectos: Depresión, falta de atención prolongada
Historia:
La historia de Adan no empieza por su infancia. Aquella juventud a los que los humanos estamos acostumbrados, los demonios recién nacidos son muy diferentes. Empiezan a crecer mucho más rápido que otros terrestres, por lo que Adan tuvo una apariencia de bebé tan sólo dos meses. Según fue creciendo, era obligado a ir a una escuela obligatoria de demonios donde enseñaban a éstos a usar sus alas, los poderes, la lengua y las matemáticas. Cuando pasaban al instituto no estudiaban, tenían que elegir la clase de demonio que querían ser.
Había distintos tipos de clases. Soldado, arquero, ladrón, mago, alquimista de lo Oscuro, cambiaformas... Adan eligió ser ladrón, puesto sus mejores cualidades eran la rápidez y la agilidad en sus notas. Aprendió rápido a ser ladrón, robando por todo el ser humano, sin ser visto, usaba sus alas para esconderse en los árboles más altos, robando joyas y comida para entregársela después al infierno. Su trabajo era recolectar y fastidiar a los humanos, cómo la interminable guerra que tenían con ellos, llamada La Noción.
Cuando alcanzó los 400 años demonio, un día saliendo de su choza infernal le llegó la noticia que el dios que gobernaba el reino acaba de convertirse en piedra, así falleciendo por otro dios llegado. Adan no se lo podía creer, amaba a su rey, el dios de la calamidad Íako, había muerto. Sacó sus alas con furia y alzó las cuevas para llegar al castillo del inframundo, el principal hogar del rey de las profundidades infernales. No podía ver lo que creía. A los lejos, una luz roja brillante como el sol se permanecía inmóvil y alzada en frente del castillo mirando a los númerosos demonios que se abalanzaban hacía ese ser. Con un chasquido, aquellos demonios que se aproximaban hacia la luz explotaban en mil pedazos, manchando con sus tripas y sangre a los espectadores. Adan, en cambio, no huyó y se atrevió a acercarse más, pero sin ser percibido.
Cuando estuvo a seis metros de distancia escondido tras una roca pudo observar con suma atención qué o quién estaba matando a los demonios. Observó entonces que se trataba de una hermosa mujer, lo que hizo que se sonrojase levemente, su largo pelo llegaba por debajo de los hombros, rojo como la sangre, pudo observar que sus ojos también brillaban con ese color, poseía un vestido largo y negro que hacía que se vieran sus mulos y su escote abultado hacía que Adan sangrase por la nariz. Provocativa y enfadada, fuerte y decidida, esos rasgos pensaba que le definirían, pensó Adan. Observó esa mujer durante un tiempo y cuando no había más demonios atacándola se dignó a hablar.
"Seres del inframundo, demonios, sirenas, súcubos, centauros, minotauros y demás" hace una pequeña pausa, "a partir de hoy, el inframundo tiene una nueva diosa, una nueva reina que hará caer a los intrépidos humanos y con ello" coge un poco de aire, "DOMINAR EL MUNDO". El grito de la victoria resonaba en todos los rincones ovalados de las profundidades, a todos les dieron igual aquel rey que no hacía nada, un gran vago y mucho desinterés por su pueblo, puesto ahora tenían nueva reina y acabaron amándola más que el anterior. Acabaron amándola más que el anterior excepto un pequeño grupo de demonios, de los cuales Adan era el líder.
El grupo estaba formado por seis integrantes, un arquero, dos soldados espadachines, tres ladrones y una maga de sangre oscura. Se hacían llamar la Rebelión, ya que irían contra la diosa que mató al antiguo rey. Harían largas expediciones hacia el castillo, y con todo su poder con sus cualidades intentarían destronarla. Adan, que era el más joven, con su inocencia creía que sería fácil pero no lo fue. Las primeras expediciones en el castillo fueron fáciles, mataron algunos guardias que ahora poseía la nueva reina y robaron para poder enfadarla y sacarla del castillo, pero eso nunca funcionó. En las siguientes expediciones se enfrentaban a toda clase de monstruos y cada vez era más difícil. El camino directo hacia la sala del trono era una inmensa odisea, el castillo era tan grande como una ciudad, pero todo aquella edificación ahora pertenecía a ella. Pasaron años y ellos seguían entrenando y yendo a las expediciones, sufriendo cada vez más daños, físicos y mentales. Sus compañeros empezaron a dudar. "No puedo, renuncio", "Adan no podemos deberíamos parar" El mayor dijo "Mis músculos se me han partido, si no tenemos soporte de daño no podemos atravesar el Isis" (El Isis era el último tramo para llegar a la sala del trono). Pero Adan se negaba a renunciar, les motivaba a seguir adelante, y en una de las últimas expediciones estuvieron a punto de llegar, pero algo trágico les ocurrió.
Samantha, la compañera maga de sangre, fue arrebatada por uno de los jefes de la sala final antes de poder cruzar al trono, un tentáculo de hierro cubierto en plata atravesó su abdomen y escupiendo sangre miraba a Adan empezando a lagrimear. Sus compañeros, llenos de furia al ver aquello, empezaron a pelear en grupo contra aquel jefe dándole fin, pero para Samantha era demasiado tarde. Adan la sostuvo antes de que cayera de las alturas y la tumbó con cuidado en el suelo, no podía contener las lágrimas. "Te pondrás bien Sam..." Decía, sollozando. Los compañeros también empezaron a llorar pero sabían que si la plata tocaba a un demonio, por muy pequeño que sea el objeto, la herida no se curará, persistirá y se extenderá. La dulce piel de la maga empezó a tornarse roja y quebradiza. Samantha sonrió levemente mientras el dolor no la dejaba respirar y dedicó su último aliento a Adan, tomándo su mejilla y besándola. "Te quiero Adan, siempre lo he echo. Busca tu propia felicidad" Cerró los ojos y se convirtió en pìedra, para después desvanecerse en cenizas. Adan observó arrodillado cómo la ceniza caía entre los dedos de sus manos hacia sus rodillas. Gritó de desesperación y sin importarle los demás voló hacia la puerta del trono protegida por un sello de magia oscura. Con sus manos, bastante acribilladas por las expediciones intentó atravesarlo. Sus compañeros, llenos de ira lo intentaron detener. "¡Es imposible!" gritaban. "¡¡Sam está muerta, dejémoslo ya!! ¡Adan para ya!" Adan no podía oírles."¡Ábreme asesina!" Clamaba, para que le dejase entrar. "¡¡Te voy a matar con mis propias manos!!"
De un soplido, la puerta se abrió y se cerró cuando Adan, atraído por una fuerza inmunda, fue atrapado por la mísmisima Lilit por el cuello, ésta hincando sus largas uñas en la piel. "Vaya, con que quieres matarme, ¿no es así?" Adan, sin poder respirar, se retorcía e intentaba zafarse, lo hizo con una patada táctica en la barbilla, lo que a ella le provocó cosquillas. "Has matado a mi antiguo dios y ahora a mi querida amiga... ¡Vas a pagar por ello, asesina!" exclamó Adan, enfurecido. Ella en cambio sonrió. "Me parece bien, necesito algo de diversión que esto está muy aburrido" El primero en atestar un golpe fue Adan, otra de sus patadas voladoras con ayuda de sus alas le dio de lleno en el pecho lo que hizo que se cayese para atrás. Ella en cambió rió, "¿ésta es tu técnica?". Siguió luchando con puños y patadas desde los cielos sin dejar de volar pero entonces se percató de una cosa. Aquella mujer sólo se estaba defendiendo, y seguro que estaría planeando un ataque mayor así que se quedó suspendido en el aire y atento a cualquier adversidad. "¡¿Por qué no atacas, bruja?!" Lilit en cambió respondió con duda. "Bruja... Ese emote es nuevo, y me gusta." En un instante sacó sus alas y se teletransportó detrás de él. Adan en cambio no se pudo mover. Lilit, la diosa del engaño, dejó que Adan consumiese energías mientras la habitación del trono estaba siendo invadida por unos hilos invisibles de plata por toda la habitación que ella ponía estratégicamente. Adan, cuando se quiso dar cuenta, intentó volar por toda la habitación pero todos esos hilos le dañaban por cada roze. Aun así consiguió destruirlos y dejarlos en los suelos. Lilit volvió al suelo mientras observaba a Adan deshacerse de los hilos y aprovechó para lanzarle explosivos de plata. A Adan le llegó, explotaron y le hirieron de gravedad. "Me están molestando tus alas..." Susurró Lilit al oído, mientras en un visto no visto Adan se encontraba enredado de alas y de cuerpo con hilos de plata que le hacían arder el cuerpo. "Es inútil resistirse". De un tirón, Lilit tiró de ambos hilos que agarraban las alas de Adan y las arrancó bruscamente de su espalda. Adan, gritando de dolor y desangrandose, cayó al suelo no sin antes que fuera sujetado por los hilos de Lilit, haciendo que se arrodille ante ella. "Así me gusta, que te arrodilles a tu reina. En cuanto a las alas..." Aquellas preciadas alas que le acompañaron toda su vida se desvanecían como cenizas. Adan sollozaba, miraba el suelo, cada vez más cubierto de sangre, su sangre, la cual hacía que estuviera perdiendo el conocimiento. Lilit agarró su cara y la alzó mirándole a los ojos. Adan se dio cuenta que sus ojos brillaban con dulzura, se preguntaba de donde vendría esa diosa. "Tienes una cara muy bonita como para ser destrozada." Dijo la pelirroja, sujetando su barbilla con una mano y observándole. "Tus amigos te han abandonado, estás sólo, ¿de verdad quieres morir así?" De pronto Adan, con los ojos entrecerrados desvió la mirada a una esquina de la habitación, observó al figura petrificada de su antiguo dios y empezó a llorar en abundancia. Samantha, Íako, sus compañeros, todos víctimas de ella.
"Eres muy joven, por ahora no te mataré. Sigue intentándolo. Realmente me divertí" Río y antes de que él pudiera decir nada recibió un golpe y todo se volvió negro.
A la mañana siguiente Adan abrió los ojos lentamente. Estaba medio dormido cuando se sentó y todo parecía normal. "Vaya pesadilla he tenido. Creía que los demonios no tenían pesadillas." Se vistió para ir a trabajar como una mañana cualquiera como antes, bajó y no vio nada raro. Fue a buscar a sus amigos pero no encontraba a nadie. "¿Dónde estarán?" Fue al trabajo y preguntó allí. Entonces le enviaron una localización y fue directo. "El cementerio de almas..." No sabía el por qué estaban allí, se propuso a entrar y pasar el puente en suspensión del lago que aguardaba todas las almas perdidas. Vio de pronto a sus amigos en una de las orillas hablando con un alma. Se acercó a ellos alegre, corriendo. "¿Sabéis dónde está Sam?" Se apartaron un momento y la vió allí, translúcida, hermosa, triste. "No es tiempo de bromas, Adan." "Esto se acaba aquí, más te vale que no te acerques más a nosotros." Sus amigos se marchaban en silencio mientras Adan recopilaba en su mente todos esos recuerdos que parecían una pesadilla, mientras la chica fantasma le miraba, con una dulce sonrisa. "Te veo muy sano, Adan". El chico empezó a sollozar, recordó la muerte de su rey, la muerte de Sam, ¿por qué está vivo? Se enfrentó a Lilit a muerte y falló, sus alas las ha perdido. Toda clase de recuerdos y preguntas inundaron su mente hasta que el ser translúcido le abrazó. "Adan, todo esto que hicimos lo hicimos por ti, ya no había otra razón. Al pueblo le encanta esta nueva reina, es mucho más fuerte y tenaz que nuestro antiguo rey. Por favor, no mueras. Te lo pido desde mi corazón de cenizas... No me venges, busca tu felicidad." El chico, aún asimilando todo lo sucedido la abrazó con fuerza hasta que se desvaneció. Conocía que las almas no podían errar mucho tiempo fuera del lago así que se tumbó en el suelo y se quedó pensando largo rato hasta llegada la noche. Decidió entonces no rendirse, seguir en pie, por la chica que tanto quiso, por los compañeros que tanto le siguieron y por su rey. Se levantó y corrió hacia el castillo, echando de menos las alas claramente.
Agotado, llegó a las puertas del castillo. Desde el instituto no corría así y le quedaban cincuenta años demonios para ser mayor de edad. Echaría de menos aquella juventud, aunque la suya no tanto. Descubrió entonces que el castillo estaba solitario. No había ningún guardián protegiéndolo ni tampoco monstruos temibles. Entró en él y ningún jefe de sala se encontraba. Decidió entrar en la sala del trono y observó el silencio. ¿Dónde estaba? Dudó durante unos instantes y se propuso a recorrer el castillo. Buscó en la cocina, en los baños, preguntó a los sirvientes del castillo, buscó en armarios, almacenes, habitaciones con juguetes raros que nunca vio, y tampoco la encontraba. Encontró entonces una puerta que nunca vio antes, como si hubiera estado oculta, y sabía que había pasado por allí. Cuando entró una fuerza inmuna lo atrapó en una cama. "Dicen que es de mala educación entrar en una habitación de una chica sin permiso" Apareció Lilit encima suya con un camisón que le hacía ver todo su escote y su figura. Adan se enrojeció pero enfadado y cubierto de hilos plateados le gritó. "¡Suéltame asesina! He venido a matarte". "Qué mono estás sonrojado" Ríe la diosa sentándose encima de él. "¿Por qué no tengo heridas?" Le preguntó Adan, haciendo caso omiso a lo que dijo. "Te curé chico, resulta que no eres igual que los otros demonios... Ellos están viejos, feos, repugnantes..." Ésta se acercó a su oreja y la mordió levemente. Adan dejó soltar un gemido de sorpresa pero aprovechando las bajas defensas se soltó de los hilos y saltó por la ventana de la habitación. Al recordar que no tenía alas cayó al suelo desplomado entre unos arbustos. Lilit se asomó por la ventana riendo. "Qué difícil eres, chico" Adan corrió hacia su casa con el corazón acelerado, sabía que no podía ganar y que estaba sintiéndose mal. Se tumbó en su cama boca arriba mirando el techo y sonrojado empezó a pensar. Pensar en ella le hacía dolores de barriga. Pensó que seguramente sería el odio y el asco, pero la recordó en su cama. Qué bien olía... "Despierta Adan, es tu enemigo, no puedes estar relajándote ahora."
Los días pasaron y Adan siguió visitando el alma de su amiga y a Lilit para intentar acabar con ella. Todos los intentos eran fracasos, lo raro es que siempre despertaba al día siguiente sin daños. Se empezó a preguntar por qué no lo mataba, también por qué lo curaba, ¿era una diosa de curación?, ¿debería dejar de intentarlo? Su mente decía que sí pero su corazón no. Bombeaba con fuerza al pensar en ella que empezó a ser rutinario. Muchas veces en vez de pelear acabaron hablando y él empezó a descubrir muchas cosas de ella. Era una antigua diosa del amor, pero no hacía bien su trabajo, le dijo. La echaron del olimpo por abusar de los hombres. Tenía relaciones con ellos y Adan desconocía que era eso. En el instituto le enseñaban a pelear pero no a amar. El amor nunca existe en los demonios. Dudó también de Sam antes de su muerte pero la quiso mucho como amiga. Adan cuando la visitaba ella le decía siempre lo mismo. "Busca tu felicidad, no la de otros." Un día añadió algo nuevo, "algo está creciendo en ti, debes hacer que florezca." Adan no entendía el qué.
El día que cumplió la mayoría de edad hizo una fiesta, la cual no vino nadie. Todos le culparon de la muerte de Samantha, la cual a los demonios le encantaban y no por amor. Le tenían rencor. Adan, en vez de ponerse triste pensó en Lilit, pensó cuando ya decidió no querer matarla, porque ya no encontraba razones, sólo hacía observar su cuerpo y su rostro y le quitaban los deseos de odio. Lilit entonces apareció por sorpresa en la fiesta mientras Adan estaba embobado en el sofá tumbado. Cuando se quiso dar cuenta Lilit estaba de pie al revés en el techo. Dio un salto que se golpeó la cabeza con Lilit y esta se le tiró encima. Ambos rieron, se les veía felices juntos. Una asesina de dioses y un demonio cualquiera. ¿Por qué yo? Se preguntaba. Ella era una diosa. Nunca estaría tan cerca de una divinidad como aquellas veces que se dejaba visitar. "He oído que es tu mayoría de edad, ¿no decís eso por aquí? ¿Dónde están tus amigos?"
"Lilit, ¿por qué yo?" Ella ignorando la pregunta le besó. Él, sonrojado abrió mucho los ojos sorprendido y los cerró correspondiendo. Su primer beso. "Te voy a dar mi regalo de cumpleaños, ya que estás tan mayor mereces tal recompensa." Ella sonrió pero él la quiso detener con otro beso, el cuál ambos se infundieron en él. "No sé por qué yo pero... Lilit siento algo por ti" Ella sonrió. Aquella noche la diosa del amor le hizo hombre a Adan, hicieron el amor por primera vez y se infundieron en un amor prohibido. Al acabar abrazó a Lilit entre sus brazos. "¿Por qué yo Lilit? No soy más que un demonio cualquiera, sin nada especial, no tengo dinero, ni fortaleza física." Lilit le miró y completamente desnuda dejó que la tenue luz de la lava del inframundo iluminase su figura. "Adan, he conocido durante mis años de diosa muchas personas, hombres y mujeres y todos me han utilizado. Sólo querían mi poder, mi sexo o mis riquezas. Tú eres el único amigo que he tenido, el que ha querido escuchar, el que al final no me quiso matar." Se giró hacia
el. "Te devolveré a tu amiga Samantha, pero ven conmigo Adan. Necesito un guardián para mi reino, es muy difícil hacerlo sola. Tú eres el único que llegó tan lejos de mis trampas. Adan yo.." Dejó de hablar porque Adan se levantó y juntó su cuerpo desnudo con el de la diosa en un abrazo. "Te amo Lilit, se que está prohibido pero hagámoslo real, que el amor salga a las calles." Ella asintió y sonrió dándole un beso en los labios.
Así fue como Adan se convirtió en guardián del inframundo y se proclamó pareja de Lilit aunque ella no afirmase nada. Él con sus habilidades consiguió que el inframundo se arrodillase ante ella. Locamente enamorado, se dejaba usar como títere y la guerra contra los humanos avanzó muchos puntos cuando juntos con su ejército consiguieron congelar a la diosa de los humanos, UnaChicaTube. Él fue quien secuestró a su hija, Beatrice. Lo hizo todo por ella sabiendo el peso que le caía. Cuando UnaChicaTube resucitó e incluso cuando Beatrice se resistía, él la apoyaba locamente enamorado. Pasaron muchos años juntos, se veían por el castillo, por la cocina, por su cama. Adan era feliz, aunque ella sabía que le utilizaba, se sentía feliz por ser su marioneta. Sabía que Lilit no usaba el engaño en él cómo a los hombres, lo notaba. Sentía amor en ella, pero sólo demostraba en el sexo. No le abrazaba más que secamente, era una reina ocupada, pensaba él.
Hasta que un día desapareció. No estaban sus cosas. El castillo quedó solitario. Ni los sirvientes, ni los monstruos mascota, nada. ¿Me ha dejado? ¿Me ha dejado de querer? Se preguntaba constantemente Adan. Visitó toda la ciudad en busca de ella, incluso en el mundo humano. Nadie parecía haberla visto, ni pasar. Una amargura dentro de él empezó a crecer que lo enloqueció. No paraba de preguntarse dónde estaba. Ella era su todo y dios, cómo la amaba. La amaba tanto que, si desapareció por él, ¿por qué no desaparecer por ella? En un instante, una idea loca y descabellada se le pasó por la cabeza. ¿Si me quito la vida, volverá? Ríe a carcajadas, como un verdadero Joker. ¿Volverá a por mi cadáver? ¿Qué hará cuando me vea? ¿Es capaz de morir por mí? ¿A donde van los demonios cuando mueren? No quiso obtener respuesta. Sólo cogió el veneno más rápido que tenía de las clases de veneno que hacía con ella, lo preparó con alquimia y mezclado con lava y pimienta se tragó un vaso lleno. Se sentó en el trono y su cuerpo dejó de latir. Su alma subió, inconscientemente, no fue directa al pozo de las almas perdidas, fue al cielo. Un castigo más para tenerla lejos. ¿Un dios le estaba protegiendo quizá? Eso seguro. Su alma perduró días arriba hasta formar un humano normal en él. Su alma purificada conoció el paraíso y aquel dios del cielo le borró la memoria pasada. Ya sólo era feliz.
O eso se creía. Pasados dos meses Lilit volvió al castillo, portando un bebé en brazos. Las razones de la reina de marcharse es que estaba embarazada, y tenía miedo de que la vieran inferior por ser madre, pero necesitaba al padre de la hija, merecía la verdad, se arrepiente del daño que le ha causado. Cuando llegó a la sala del trono tuvo que darle su hijo a una de sus sirvientas porque casi se desvanece. Voló rápido al cuerpo intacto de Adan pero sin vida, blanco como el mármol y el vaso tirado en el suelo. Olió lo que parecía veneno y algo cambió en ella. Buscó su alma en todos los lagos y paraderos. No lo encontraba. Usó un águila localizadora y encontró su alma por fin. Su corazón se rompió en pedazos, sus alas se volvieron más grandes y sus lágrimas eran de sangre. Cómo lloraba, desconsolada, la muerte de aquel que más amaba. "Nunca te lo dije... Perdón... Sólo hay una solución aunque no quiera..." Sin dudarlo, besó a su bebé en su frente antes de irse a una excursión muy duradera. Cogió el niño en brazos y voló hacia el mundo humano. Allí a aquella a cual mató y torturó tanto en dolor, le pidió de rodillas ayuda. Sí, era UnaChicaTube, la cuál no dudó en ofrecérsela. Iban a visitar a su padre, Dios del Olimpo, para que recuperase a Adan. Sabía que volver arriba era desafiar a su padre de nuevo, pero una vez allí le rogó la vida del ser amado.
Adan mientras disfrutaba saltando y bailando con una hoja tapando su entrepierna en el paraíso, conoció a una chica, Eva, pero no sentía amor por ella. Más le sentía cualquier chica dulce una sensación de agonía y depresión que nunca descubrió desde que llegó allí. Es el paraíso "¿por qué me siento triste?" Se preguntaba. Por las dudas se fue a visitar al mayor Dios a ver si podía resolver su ayuda, y encontró a dos chicas muy hermosas hablando con él. "Hola" Las saludó educadamente. Lilit, perpleja, observaba como Adan semidesnudo la saludaba y una lágrima cayó por una de sus mejillas. "Bueno padre, quería preguntarte... Eh, ¿por qué lloras?" Se percató que Lilit estaba llorando. UnaChicaTube que estaba al lado se apresuró. "Padre tengo que hablar contigo a solas, ven conmigo." Guiñó a Lilit pero ella no se dio cuenta. Portaba su hijo en brazos, un bebé precioso que creció su pelo en el viaje, pelo azul con ojos rojos. Tenía el mismo color que él. "Vaya, no sabía que tuvieras un bebé, ¡Enhorabuena!" Adan se acercó a ella y lo observó. "Qué lindo es" Sonrió, Lilit mientras le caían más lágrimas también le devolvió la sonrisa, pero con amor. Adan se dio cuenta que una lágrima le caía por su mejilla derecha. La tocó. "¿Qué?... ¿Qué me pasa?" Lilit le dio la espalda sollozando sin poder mirarlo a los ojos. Sabía lo que hacía Padre con las almas ahí arriba, parecían momias, sin pensar, sin vivir, sólo tonterías felices. "Lo siento Adan, tengo que irme." Adan dio un paso adelante secándose la lágrima. "¿Cómo sabes mi nombre?" Lilit volvió a darse la vuelta y le besó. Rompiendo las leyes de los dioses y demonios una luz destelleante emergió en él. Sus ojos volvieron en sí rojos, su rostro con rasgos de demonio, le devolvieron sus alas y su cuerpo portó poder de demonio. El Dios del cielo volvió corriendo. "No puede ser, lo has despertado.¡Qué has echo?" UnaChicaTube sonrió llevándose las manos al corazón. "Te lo dije papá, Lilit es capaz de amar. Tu nieto es fruto de ello." El Dios, compladecido suspiró. "Tu hermana siempre me está dando problemas... Pero la quiero mucho, y haré cómo si no hubiera pasado nada."
Adan despertó. Estaban en la cama de la habitación Real del castillo, la veía más alegre. A su lado estaba su amada Lilit y en medio un bebé. Dormían plácidamente. Se echó a llorar abrazando a ambos de felicidad. Ha vuelto, ha vuelto a casa. Y tiene un hijo... Lilit despertó quejándose pero riendo. "¡Cuidado que me vas a dejar sin respirar!"
Adan la besó y ella correspondió. El infante los estaba mirando felices. "Adan, te amo. Casémonos, se mi rey." Adan asintió, muy feliz y abrazando a su hijo le volvió a besar. "Perdón por haberme ido, tenía miedo y-" Él la volvió a besar. "Yo me morí por ti, porque estoy locamente enamorado de ti. Por ti he dado mi vida y por ti la daré". Lilit asintió y abrazó a su hijo. "¿Cómo quieres llamarle?" "Me gusta Bel, será un gran rey." Lilit ríe pero después se pone seria. "¿Y quién era esa tal Eva?" Adan se pone nervioso. "Nadie, nadie cariño. Padre me la presentó.." "¿Cariño?" Ella sonrió y le besó. "¿No te gusta?" Preguntó Adan. "Me encanta."
Un día de Junio, en el castillo se abrieron las puertas infinitamente, dando lugar ese día la boda, donde pudieron asistir todos, desde los compañeros ya casados de Adan hasta los seres más malvados de la historia. Y vivieron felices con Bel en el inframundo sin parar de hacer el mal.
Historia alternativa: Éste personaje aún no posee historia alternativa.
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